miércoles, 1 de marzo de 2017

8.


Al ingresar de nuevo a la Ciudad Amurallada, la noche había caído por completo y los paseantes en la Plaza de los Coches se habían multiplicado. Asimismo observamos una larga fila de calandrias que llegaban y volvían a salir con nuevos pasajeros. Un vendedor de estos servicios se acercó a nosotros y nos ofreció el paseo “en un coche”. Entonces nos dimos cuenta de dónde había venido el nombre de la Plaza. Desoyendo al vendedor caminamos por la Plaza hasta alcanzar, en una cuadra, la Plaza de la Aduana, adornada en el centro con un altísimo árbol navideño y decenas de hilos de luces que partían de su punta y terminaban en lo alto de las fincas que rodean la plaza, dándonos la impresión, a ratos, de encontrarnos bajo un techo de luces. Resueltos a tomar un paseo en calandria, volvimos a la Plaza de los Coches y tomamos uno que nos llevó por las calles céntricas atestadas de gente y de adornos y luces navideñas. Nos sorprendió el colorido de las que iluminaban la Catedral y un carruaje de cuento de hadas a las afueras del Teatro Heredia. Al término del paseo volvimos a la Catedral y tomamos fotos desde el Parque de Bolívar, de donde regresamos a la Plaza de los Coches y tomamos una bebida en la terraza del café bar Donde Fidel, a una cuadra de nuestro hotel y al final del Portal de los Dulces. Todavía después, y en medio del bullicio, dimos un paseo a pie hasta la Plaza de San Pedro Claver, y no nos subimos a dormir sino hasta las 11:30 de la noche.

Plaza de los Coches.

Plaza de la Aduana.

Catedral de Cartagena.

Carruaje de cuento de hadas.

Plaza de San Pedro Claver.

No hay comentarios:

Publicar un comentario